En estas fechas la mayoría de las personas nos preguntamos qué regalar. Más aún si eres padre o madre.
Si eres afortunado/a y perteneces a la media, es muy probable que creas que tus hijos/as tienen de todo y te resulte difícil encontrar un regalo que les haga ilusión.
Lo que más disfrutamos no es lo más caro, ni lo que cuesta más encontrar, el mérito es otro más saludable; lo que está, tan a nuestro alcance, que a veces no lo vemos, es gratis y no se gasta. Eso es lo que más nos llena de alegría, sólo hay que darse cuenta que está ahí y sentirlo.
Si tu hijo/a es afortunado/a de estar dentro de esa media, es bueno que te plantees cuáles son las necesidades que quizás no tenga cubiertas y las más gratificantes, qué es lo que realmente necesita de ti.
Vivimos en una sociedad que nos mueve al consumismo, a tener lo mejor, a no parar de trabajar para conseguir cosas materiales, a ir corriendo, al estrés, a no fijarnos ni disfrutar las pequeñas cosas. Todo ello puede llevarnos a olvidarnos de lo más importante: el cariño y el afecto sin el cual ninguna persona puede crecer, los refuerzos positivos por los logros alcanzados para fomentar su autoestima y autonomía, pasar tiempo de calidad con ellos/as para que se sientan importantes, escuchar sus sentimientos y emociones ayudándoles a entenderlas.
Esto aumenta su confianza y que la tengan en nosotros/as. Establecer normas y límites que les permitan desarrollarse, jugar conjuntamente y compartir, favorecer su socialización y ya después de todo eso, de lo importante, los juguetes.
Tu atención y tu amor hacie ellos/as es tu mejor regalo, lo recibirán con los brazos abiertos ¡abrázales!
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